Estos minerales actúan en conjunto y ayudan a mantener un estilo de vida activo y dinámico, participando en procesos clave relacionados con la estructura ósea y el bienestar general. El calcio es esencial para la salud de los huesos y dientes, mientras que el magnesio favorece su absorción y apoya la función muscular y nerviosa. El zinc, por su parte, interviene en la regeneración celular y en la síntesis de proteínas, procesos fundamentales para el mantenimiento de los tejidos. La suplementación de estos nutrientes puede ser útil para cubrir los requerimientos diarios y asegurar un funcionamiento óptimo del cuerpo.